La Ecología, que proviene del griego «οίκος» oikos="casa", y «λóγος» logos=" conocimiento", es la ciencia que se encarga de estudiar la interacción de los seres vivos con el Medio Ambiente, sea para generar cambios positivos o destructivos en: los ecosistemas, en la biodiversidad y en el uso de los recursos naturales.
En tal sentido, la posibilidad en que el Hombre disponga de las potencialidades “verdes” del planeta Tierra, siempre se ha cotejado a la etérea astucia de rentabilizarlos a imagen y semejanza de sus propios intereses. De allí, que la lucha por preservar la salud de nuestro entorno, la elocuente necesidad de poblar el mundo, y la facilidad en destruirnos los unos a los otros, es una realidad latente a escala global.
Actualmente, vivimos dentro de un dilema eco existencial, en el que nuestros pensamientos, decisiones y acciones, nos exigen apartar la indiferencia y asumir una actitud Pro-ambientalista. No importa si te pierdes en las miles de hectáreas de Queensland en la selva australiana, o si nos llevamos el veneciano recuerdo de los anónimos viajes de Marco Polo. La consigna es defender el planeta Tierra; y América Latina, es un mar de inhóspita geografía por descubrir.
Precisamente, en el país sureño, Venezuela, hallamos la ciudad de Maracaibo, que emerge como la capital del estado Zulia, y que desde su fundación el 8 de septiembre de 1.529, ha venido atravesando drásticos procesos: históricos, industriales, socio-culturales y sin lugar a dudas: ecológicos.
Dejando a un lado las razones ancestrales, que hoy en día virtualmente las revelamos a tan sólo un “clic” de distancia. Es hora de titular, explicar y describir el contexto que cálidamente la transforman en una entidad fuera de la lucha ambientalista.
Contaminación y Deforestación
Al igual que en otras latitudes, las típicas unidades de transporte público, como: los autobuses, las busetas y el micro bus, contribuyen con álgida fuerza al menoscabo del entorno ecológico. Salvo por la alarmista presencia de los universalmente conocidos “Carritos por puesto”, que se definen como máquinas ecocidas en cuatro ruedas, gracias a incontables fallas en el apartado mecánico, que atentan contra la integridad ambiental.
La dispersión de gases tóxicos en el entorno ecológico, es causada por graves problemas en el: cilindraje, los pistones y en el estado del motor, que al no retener el aceite, se termina liberando por el tubo de escape. Rumbo a destruir la capa de ozono, y sintiéndose libre de hacerlo las veces que quiera.
Los mencionados “carritos”, se hallan a cualquier hora del día en Maracaibo, y los hay de todos los colores, incluso algunos combinan varias tonalidades en la “destartalada” carrocería, para que la experiencia del usuario sea mucho más placentera. Cada pisotón al pedal, está lleno de inconsciencia eco-social al volante.
Por otro lado, la gente, ha creado con naturalidad y sin el uso de preservativos, un ejemplar estado de sobre-población del municipio Maracaibo. La no adopción de propuestas ecológicas en la creación y diversificación de áreas verdes, generó un entorno deforestado, que junto a la aridez de los suelos, y a la irracional explotación de los minerales, vienen alentando un clima más hostil en el modo de vida, y en la interacción Hombre-Medio.
Recordemos que los árboles evitan la degradación ambiental, y ayudan a oxigenar la atmósfera. Por lo que tienen un efecto regenerador de la corteza terrestre. Además la expansión de áreas verdes en zonas urbanas, trae consigo un mayor reconocimiento de los recursos naturales, como: la flora y la fauna, lo que ayuda a que los las personas entiendan el valor de la ecología y su preservación. No refiriéndonos, a: zoológicos, granjas de contacto, show circenses, o cualquier otra actividad ilícita que se lucra a costa de la naturaleza.
Ausencia de Energías Renovables
Por las condiciones Geo-climáticas que alberga el occidente venezolano, el estado Zulia, debería ser pionero a nivel nacional y más allá de las fronteras, en el uso de fuentes “limpias”, que deriven por ejemplo de la energía: eólica, la hidráulica y la inclusión de paneles fotovoltaicos, que aprovechen la energía solar. Lo afirmamos, debido a que el mucho calor y la radiación de los rayos solares en el territorio zuliano, sumado a las fuertes brisas y ventiscas nocturnas, propician la posibilidad de establecer un Desarrollo Ecológicamente Sustentable.
En áreas domésticas (hogares, escuelas y urbanizaciones), como en zonas industriales, se hace viable instalar paneles solares, que capten y transformen le energía en electricidad, para el usufructo de la gente y sus actividades diarias.
De hecho, gracias al proceso de absorción y retención de la energía solar, se podría acumular en las celdas, para luego liberarla en caso de un estado de emergencia, sea por: apagones, las inundaciones u otros factores naturales. Evitaría el uso de energía eléctrica “tradicional”, y por ende, a menor demanda, mayor sería el ahorro energético para los individuos.
La energía cinética, que producen las intensas ráfagas de viento en el entrono zuliano, se podría canalizar en Aero-generadores, que al igual que los paneles solares, devengan en electricidad para el empleo humano.
El abuso del consumo eléctrico, no se resuelve instalando plantas auto-generadoras, efectuando cortes programados o sustituyendo bombillos. Lo importante, es crear una cultura de ahorro que pide a gritos ser escuchada y adoptada por todos. Los valores ecológicos, brillan con luz propia. No requieren de voltaje. Sólo necesitan de personas que se atrevan a: encender, descubrir y defender con lealtad, las campañas eco-sociales que aleccionan a diario.
A su vez, de la absurdez psico-social. “Hace calor, porque hay mucho sol, hay que prender el aire”. Muchos habitantes del estado Zulia, malgastan la energía eléctrica, prendiendo el aire acondicionado las “25” horas del día, sin ningún indicio de culpa, vergüenza o arrepentimiento. No importa, si realmente hace calor, o si hay más frío que en Groenlandia.
En el municipio Maracaibo, prender estos aparatos, es algo más natural que respirar. El problema, es que muchas personas, aún no han aprendido a respirar, y el señor “British Thermal Unit”, es muy astuto, y hace que todos caigan en su sajones trampa.
Las Cañadas y los desagües naturales
Como nos indica el titulo, debemos definir a las cañadas, como desagües naturales, que por aspectos topográficos delimitan gran parte del relieve zuliano, especialmente, en el municipio Maracaibo y sus parroquias.
Debido a la demarcación territorial, estas grietas interactúan con las personas que habitan zonas cercanas a sus adyacencias, y como era de esperarse en el mundo de la naturaleza, los individuos se encargan de usarlas a su conveniencia, para: destruirlas, rentabilizarlas o una mezcla de ambas.
En esta oportunidad, “destruir”, es la palabra clave, pues la gente se arriesga a lanzar cualquier cosa que encuentren en su rango de alcance. El hecho, es que las cañadas junto a los drenajes y a las quebradas, tienen un rol vital en el libre tránsito de las aguas de lluvia, y así evitar tragedias naturales, como: las inundaciones, los derrumbes o la falla de puentes Infra-peatonales.
En la actualidad, las cañadas son una gran vitrina acuífera de artículos de primera necesidad, que se adquieren a tan bajo costo, que nadie se los lleva. Puede hallar: lencería, línea blanca, ropa para damas, caballeros y niños.
No se Recicla, Reutiliza o Reduce
La sobre población, el consumismo y la inconsciencia eco social, que perennemente hallamos en el municipio Maracaibo, bien pudiera emplearse con fines ecológicos. La basura, se podría transformar en fuente de energía o para la creación de objetos reciclados.
Muchas personas se conforman con insertar la basura en una bolsa y dejarla fuera de su casa, para que el transporte la recoja. Pero eso no es suficiente, hay que separar los componentes en orgánicos e inorgánicos. Luego se deben clasificar por el tipo de material, sea: cartón, vidrio, papel, entre otros.
Posteriormente, se llevan a centros de procesamiento y reciclado, para que sean sometidos a procesos químicos y mecánicos, que lo conviertan en materia prima o en un nuevo producto. Su reutilización, ayuda a que se reduzca la cantidad de basura que contamina el medio ambiente, y crea una cultura ecológica en la cotidianidad de la gente, lo que beneficia a que se generen más eco-actividades.
Lamentablemente, el “Utopismo Pro-ambientalista”, es la base filosófica del municipio Maracaibo. La realidad, es que la basura se lanza, se quema, y se olvida en cualquier parte a “cielo abierto”, y como se identificará más adelante, literalmente en cualquier parte.
Para tristeza de algunos, la naturaleza no se lleva bien con eso de “borrón y cuenta nueva”, por lo que no olvida las cenizas de quien la maltrata.
Lo irreparable del Lago
Ancestralmente, los delfines han tenido una relación afectiva con los seres humanos, al punto que se les consideran los mejores amigos hídricos del Hombre. Miles de relatos, hablan de la valentía de estos ejemplares, para ayudar y socorrer a las personas, que irrumpen en: mares, océanos y lagos.
Ignorando la regla, gran parte de la población zuliana, nunca le dio valor a tal amistad, pues en el “Lago de Maracaibo”, pasaron de ser una especie en peligro de extinción a casi una invención de nuestros abuelos.
Muchos culpan a las empresas petroleras, a los hermanos pescadores, a la entrada de barcos extranjeros o al increíble “Hulk”. Pero quien realmente destruyó el equilibrio ecológico en sus 13.820 km², fue la indiferencia, la apatía y el “no me importa” de la gente zuliana, que vive cerca o de manera foránea a su entorno. Es la verdad, nos preguntamos una y mil veces, hasta cuando tendremos que denunciar esta clase de atropellos a la paz del medio ambiente, sin recibir una señal de cambio en el horizonte.
Pese a ello, con lo sabia que es la naturaleza, no ha de extrañar, que el “Lago de Maracaibo”, por sí solo, se regenere, descontamine y limpie, sólo para ver sin un ápice de incredulidad, como la gente deja que lo vuelvan a: contaminar, destruir y sobre todo: ignorar.
Las corridas de Toros
Anualmente, se celebran las tradicionales, populares y embriagantes “Fiestas Taurinas”, que emergen de la necesidad de violencia, frustración e ignorancia de la gente. El chiste de asistir a tal atrocidad, es ver y aplaudir como acuchillan sin parar al Toro, que evoca el lado instintivo de la naturaleza, frente a la barbarie humana.
Esa clase de ecocidio, se intenta vender como parte de una celebración religiosa. Eso es totalmente falso. Sólo por el lucro, hay empresas que se dedican a negociar este crimen, y se aprovechan del auge de tales festividades, para que la gente asista, incluso, como si fuera un evento de tipo familiar. Cada año, se realizan campañas Pro-ecológicas para evitar esos agonizantes minutos de crueldad animal. Pero siempre las terminan realizando, porque al parecer, sería un sacrilegio dejar de hacerlo.
Sentimos que los habitantes del estado Zulia, y más precisamente del municipio Maracaibo, deben replantear su estilo de vida y la manera en que interactúan con el medio ambiente. Hay que llevar la praxis ecológica, hasta los centros educativos, para realmente crear una conciencia social que perdure en el tiempo. Así, erradicar la indiferencia hacia temas ambientales, no sólo en el occidente venezolano, ni en Latinoamérica u Oceanía, sino en cualquier parte del universo en que la palabra “vida” tenga algún significado.
Autor: Carlos Fermín
Fecha de publicación:
Email: carlosfermin123@hotmail.com
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