La OTAN ha acordado poner en marcha "de inmediato" el control naval del embargo de armas impuesto a Libia por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aunque continúan las discusiones sobre el rol que debe desempeñar en la operación militar lanzada por una coalición de países liderada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido, según han informado fuentes de la Alianza Atlántica.
Los embajadores de los Veintiocho países aliados reunidos este martes en Bruselas han acordado que los buques y aviones de la OTAN en el Mediterráneo asuman tareas de "seguimiento, información y, si fuera necesario, de interceptación" de barcos "sospechosos" de transportar armas o mercenarios a territorio libio.
En un comunicado, la OTAN ha indicado que esta operación se pondrá en práctica en "estrecha coordinación" con la navegación comercial y las organizaciones regionales y "celebrará las aportaciones de los socios de la OTAN en este esfuerzo común".
"Todos los aliados están comprometidos a cumplir sus responsabilidades bajo la resolución de Naciones Unidas para detener la violencia intolerable contra los civiles libios", señala la nota.
Los embajadores continúan las discusiones, sin embargo, sobre el papel que debe desempeñar la Alianza en la ejecución de la zona de exclusión aérea, una intervención lanzada ya por una coalición de países liderada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido, y en la que también participa España.
En su comunicado, la OTAN indica que ha definido ya los planes para "ayudar a reforzar" la zona de exclusión aérea, para "ejercer, si fuera necesario, la contribución de una manera claramente definida" en el marco del esfuerzo internacional para proteger al pueblo de Libia de la violencia del régimen de Muamar Gadafi.
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