Diego Arria criticó la indiferencia de la OEA frente a lo que sucede en Venezuela, la complicidad de algunos países "por el potencial de negocios con Chávez" y el peligro del tráfico de drogas
¿Cómo ve la política de los Estados Unidos hacia Venezuela?
No creo que haya una. No he visto cambios en la política de los Estados Unidos en muchos años. Creo que la política oficial norteamericana está empañada por un líquido negro que se llama petróleo, que le ha oscurecido la vista al Departamento de Estado en cuanto al presidente Chávez. El cristal con el cual nos miran a los venezolanos es el cristal del petróleo. En la medida en que sólo seamos vistos de esa manera no habrá una nueva política para nosotros.
¿Cuentan las manifestaciones en el plano diplomático?
Las violaciones que Venezuela ha hecho a la Carta Democrática Interamericana resultan conocidas, y los Estados Unidos son parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y sin embargo... Ni ellos han hecho ni han movilizado a otros para que lo hagan. Venezuela ha sido librada a la suerte de sus propios recursos y sus limitaciones internas, que son bastantes. Tenemos un gobierno militarizado, no solamente dictatorial sino militarizado, y el petróleo ha seguido siendo el norte de la política de los Estados Unidos con respecto a Venezuela. Como ha sido también el de la mayoría de los países del mundo, que han visto una oportunidad para hacer negocios a costa de un gobierno irresponsable.
Ha mencionado a la OEA: ¿cómo cree que ha actuado el chileno José Miguel Insulza en el caso venezolano?
Durante muchos años hemos sufrido la indiferencia del secretario general de la OEA y, por qué no decirlo, la indiferencia colectiva de la OEA. No es sólo el secretario general, es la organización. Sin embargo, el secretario general tendría una capacidad de iniciativa que no la ha ejercido, y en esto lo considero uno de los grandes culpables de la complicidad internacional. Sólo ahora, en estos días, escuchamos algunas declaraciones más aguerridas [] del secretario general.
¿Cómo intervienen el resto de las naciones latinoamericanas?
En algunos casos en complicidad por el potencial de negocios con Chávez: es muy sencillo, no hay que pasar por licitaciones de ningún tipo. Brasil, por ejemplo, ha obtenido los contratos de construcción más grandes de la historia de Venezuela sin licitaciones públicas: eso explica su política acomodaticia. Y es el caso en general. Otros países, por temor, prefieren no enfrentar a un hombre que tiene una capacidad de contestar con tanta grosería como es el caso.
Esa facilidad de negocios parece continuar en los intercambios ilegales. ¿Qué visión tiene sobre el tráfico de drogas en Venezuela?
Cito el informe 2009 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es realmente terrible: dice que el 60% de la exportación de drogas hacia Europa pasa por Venezuela. No es un país productor pero se ha convertido en un puente no sólo fácil sino rápido para exportar. Esto no es posible sin la cooperación de autoridades policiales y militares. Ya hay un narco venezolano preso en Colombia, Walid Makled García, que ha comenzado a denunciar a generales del más alto rango en Venezuela como cooperadores de la red de narcos. En el Congreso de los Estados Unidos el senador Dick Lugar ha dicho que Venezuela corre el riesgo de convertirse en un narcoestado. Son descripciones terribles de un país que antes de estos doce años se había distinguido por todo lo contrario. El hecho de que el 60% de la droga que va para Europa pase por Venezuela y que en el país haya toda clase de cárteles (rusos, bielorrusos, colombianos, mexicanos) lo convierten en importante para el narcotráfico internacional.
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