¿Te gustan las ratas? Si pones cara de asco, sientes lo mismo que mucha gente. Y tienen sus motivos. Con su largo rabo pelado son mucho menos atractivas que otros roedores, como el conejo o la ardilla.
“La mayoría de las personas sienten además rechazo por las ratas porque vive en la suciedad”, explica el biólogo Marco Schneuer, de la Universidad de Hamburgo, en Alemania. “Habitan entre la basura o en los canales de desagüe”, agrega. Y lo que es mucho peor, pueden hacer daño a los seres humanos. Porque comen los frutos del campo y las provisiones de las cocinas. Devoran todo lo que encuentran. Y pueden transmitir enfermedades peligrosas.
Hace unos siglos, en la Edad Media, por ejemplo, las ratas transmitían la peste, una enfermedad que causó la muerte de mucha gente. Las pulgas de las ratas, al picar a las personas, las contagiaban rápidamente.
Pero no todas las ratas son iguales. Hay muchas especies de ratas diferentes en el mundo. Algunas de ellas son útiles e incluso salvan vidas humanas: en África existe la rata gigante de Gambia, que mide unos 40 centímetros y puede pesar más de un kilo y medio, es decir, bastante más que un litro de leche. Algunas de estas inteligentes ratas fueron entrenadas para detectar minas terrestres. Se trata de explosivos muy peligrosos, enterrados en los caminos durante alguna guerra, que estallan apenas se los toca.
Las ratas gigantes ayudan a encontrarlas con su fino olfato. Como son mucho más livianas que una persona, no las hacen detonar, al pasar por encima de ellas. Pero una vez detectadas, pueden ser desactivadas por los expertos antiminas.
LAS RATAS TAMBIÉN RÍEN
¿Sabías que las ratas también saben reír? El científico Jaak Panksepp asegura que estos animales emiten sonidos de alegría. Pero son tonos tan agudos, que los seres humanos no los escuchamos. ¿Cómo lo descubrieron entonces los investigadores?
Cuando acariciaron algunas ratas en la panza, detectaron con aparatos especiales de ultrasonido que las ratas producían unos chillidos. También lo hacen cuando juegan entre ellas. Parece que las ratas se ríen cuando están contentas. Igual que tú.
RATAS HAY MUCHAS Y NO SON TODAS IGUALES
Ratas pardas o de alcantarilla, ratas negras o campestres, ratas gigantes africanas… Hay más de 50 tipos de ratas en el mundo. Pero las más conocidas son las dos primeras especies, la rata parda y la rata negra. Ambas provienen originalmente de Asia, pero hoy habitan todo el planeta, con excepción del Polo Norte y el Polo Sur.
La rata negra tiene ojos y orejas grandes, un rabo muy largo y una trompa puntiaguda. Le gusta vivir en altillos o establos. La rata parda es más grande, de rabo más corta, ojos y orejas más pequeñas. “Son también más agresivas, por lo que desplazaron en muchos lugares a la rata negra”, explica el biólogo Marco Schneuer. A la rata parda le gusta la humedad, por lo que suelen introducirse en los desagües. De ahí que se la llama también rata de alcantarilla.
Pero también se puede ver con frecuencia ratas en los laboratorios de investigaciones científicas. Por ejemplo para probar con ellas medicamentos nuevos, que luego, si son efectivos, se aplican a seres humanos. Algunas personas interesadas en proteger a los animales critican esta utilización de las ratas para experimentos de laboratorio.
Y finalmente, a pesar de la antipatía que le tienen muchos, existen ratas domesticadas, que se tienen como mascotas. Muchas veces son de colores más bonitos, de pelaje manchado o blanco. “Fueron criadas por cruza de ratas de modo que naciesen con este pelaje llamativo, para hacerlas más atractivas para quienes quieren tenerlas de animales domésticos”, dice el biólogo Schneuer. “Pero en la naturaleza les sería difícil sobrevivir. Sus enemigos naturales, como por ejemplo las lechuzas, las verían rápidamente y las atraparían con facilidad”.
DPA
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