Hoy está previsto que arranquen las operaciones de la Bolsa Pública de Valores Bicentenaria. El propio presidente de la República, Hugo Chávez, quiere inaugurarla, porque se piensa que esta iniciativa podría significar la apuesta del Gobierno para levantar una economía resentida.
Ya están la ley, las normas y dos reglamentos, pero estas tres publicaciones no han sido suficientes para dejar totalmente claro el funcionamiento de este mercado de títulos y acciones que hoy comenzaría a operar.
Por ahora, no hay mayor información sobre los productos que se cotizarán en esta Bolsa pública de valores. Lo único certero es que se podrán negociar bonos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), luego de que se le diera en noviembre de 2010 el ejecútese presidencial a la autorización para que estos papeles puedan comprarse y venderse en esta plaza. Una medida ratificada este mes de enero.
Ninguno de los títulos de la petrolera están denominados en bolívares: todos lo están en dólares.
Si un papel de este tipo es comprado por un particular a través de la Bolsa pública, pero luego decide venderlo, en esta misma plaza, pero en dólares, no habría ningún impedimento legal para esta operación, si ese título es liquidado fuera del territorio nacional.
Esto representaría una transacción similar -por no decir igual- a la que realizaban las casas de corretaje en el mercado permuta.
Estas operaciones fueron eliminadas desde el 18 de mayo de 2010, cuando se prohibió que estas empresas bursátiles negociaran divisas a través de la compra venta de títulos valores, que estaba permitida por la Ley para Ilícitos Cambiarios, y que además fue promovida por el Gobierno nacional, cuando emitió en 2006 los primeros bonos denominados en dólares pero adquiridos en bolívares.
Ese mercado alternativo comenzó a moverse, sobre todo con los llamados Ticc (Títulos de Interés y Capital Cubierto).
"Desde que comenzaron a aplicarse los controles de cambio, siempre surge en Venezuela algún mecanismo como válvula de escape", señala Carlos Jaramillo, profesor del Iesa y experto en mercado de capitales.
Para este experto, una bolsa que permita la negociación de títulos de deuda es una iniciativa positiva, que pudiera abrir de nuevo una ventana alternativa a la demanda de divisas.
"En el país se necesita generar una nueva válvula, hay particulares que siguen necesitando dólares", afirma el profesor.
De hecho, a su juicio, este mecanismo, aplicado bajo el esquema tradicional, ofrece más transparencia en la negociación de los bonos: "Una bolsa no es más que un supermercado; garantiza la variedad de productos, más colocación en el caso específico de los valores, con información y referencia de los precios diariamente", agrega.
En efecto, justo el año anterior a la eliminación del mercado permuta, a través de esta plaza se traía alrededor de 20% de las importaciones del país (solo bienes, sin servicios), de acuerdo con fuentes vinculadas al sector.
El economista y también profesor del Iesa, Urbi Garay, enfatiza que en Venezuela hay "una demanda insatisfecha de dólares". "Esto no es novedad", recalca.
"La oferta de Cadivi y luego la iniciada en el Sitme (Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda Extranjera del Banco Central) no es suficiente", añade el experto.
Garay coincide en que la implementación de esta Bolsa -más allá de que sea pública- es una buena iniciativa: "Técnicamente los inversionistas pueden ver los precios con transparencia. Y esto como principio es positivo".
Incluso recordó que el sector de capitales en el país propuso desde hace por lo menos 10 años la idea de precisamente negociar títulos de deuda en la Bolsa de Valores de Caracas (BVC), pero la propuesta nunca fue acogida.
Un nuevo implícito
En la BVC, las operaciones de renta fija (bonos, entre otros) eran pocas. Las acciones generaban el mayor volumen.
En la Pública Bicentenaria, por lo menos en un comienzo, el mayor movimiento se concentrará en la negociación de papeles. Pero Garay advierte que este tipo de transacciones podría generar un valor implícito de la divisa.
Si la negociación de un papel de Petróleos de Venezuela, por ejemplo, se da en bolívares, se deberán establecer cuántos dólares conforman el precio del bono.
"Al negociarse en bolívares, es muy posible que se dé un valor implícito superior al tipo de cambio oficial", previene el profesor.
En todo caso, el Reglamento de Inscripción, Negociación y Liquidación de Valores deja abierta la posibilidad de una nueva publicación que detalle cómo será la liquidación de las operaciones.
La ex presidenta de la Caja Nacional de Valores y experta en este mercado, Noris Aguirre, advierte sobre la ejecución del intercambio entre el título valor y el pago por ese papel, que las autoridades deberían emitir por lo menos una circular definiendo más específicamente ese proceso.
"En cuanto a la inscripción de los títulos, su negociación y los tipos de mercado, el reglamento está bien estructurado; sin embargo, poco se habla de la liquidación de las operaciones", dice Aguirre.
En el parágrafo único del artículo 37 es donde se consigue un poco más de detalle al respecto: "... las instituciones encargadas de la compensación y liquidación de las operaciones bursátiles, con quienes la Bolsa Pública de Valores Bicentenaria haya celebrado convenios operativos, informarán a esta en la forma y con la periodicidad que determinen los procedimientos administrativos establecidos al efecto, los resultados de la compensación y liquidación de las operaciones bursátiles".
Explica Aguirre que en la Bolsa de Valores de Caracas esa compensación (al igual que figuras similares de otros países) comienza con un convenio firmado. "La Bolsa electrónicamente le manda a la Caja de Valores las operaciones, las cuales se verifican, porque todo está registrado", dice Aguirre.
"Al día siguiente, el departamento de liquidación de la Bolsa verifica que el intermediario haya depositado los bolívares en la cuenta del comprador de las acciones", dijo la especialista.
Sin embargo, en la nueva Bolsa Pública solo existen, hasta ahora y para el inicio de sus operaciones, nueve personas autorizadas como "operadores de valores".
Los nueve intermediarios
Estas nueve personas que tienen la autorización de intermediar en la recién creada bolsa del gobierno son las únicas a las que pudieran acudir aquellos particulares interesados en adquirir los títulos o las acciones que se comiencen a negociar a partir de ahora.
Sin embargo, por lo menos hasta hoy, día de inicio de las transacciones, no hay información alguna para la gente sobre cómo contactar a estas personas; ni lugar físico, ni número telefónico.
La vía para los interesados es que se dirijan a las propias instalaciones de la Bolsa Bicentenaria.
Hasta los momentos, la participación de los bancos, como intermediarios en la Bolsa pública, no está clara, aunque el superintendente de valores, Tomás Sánchez, al momento de mostrar las instalaciones del ente, adelantara que la idea era que posteriormente se utilizara la plataforma de toda la banca nacional. Mientras tanto, solo será la del Banco del Tesoro.
Hasta ahora, solo 9 personas naturales podrán realizar el cruce de las operaciones entre los posibles compradores y vendedores.
Según fuentes vinculadas al sector, todas las nuevas solicitudes introducidas en el primer trimestre del año pasado fueron negadas, así cumplieran con los requisitos estipulados.
Tampoco pudieron volver a intentar obtener lo que antes se llamaba la licencia de corretaje, porque no hubo un llamado público previo para los interesados en ser operadores de valores en la Bolsa pública.
De sus cédulas de identidad solo se puede deducir que son menores de 30 años de edad, y legalmente con esa edad no se podía obtener esa licencia.
Fuentes financieras relacionadas con el sector, que declararon en condición de anonimato, previnieron que si en la Bolsa pública aumenta el volumen de las transacciones no será posible que solo estas nueve personas sean los intermediarios.
Y, quizás por esta razón, el superintendente de valores ha indicado que tiene intención de preparar a otros operadores en la Unefa y la Escuela Nacional de Hacienda Pública.
Oferta y demanda, presente
El último reglamento publicado establece dos tipos de mercados, el "de órdenes" y el "ajustado".
Aunque están separados, en ambos queda establecida la ley de la oferta y la demanda, indican fuentes financieras consultadas que solicitaron no ser identificadas.
La normativa también oficializa las operaciones cruzadas, que son el asiento de cualquier bolsa y lo eran también en las transacciones permuta.
"La naturaleza de una bolsa de valores es ser un mercado abierto, con un cierre final de operaciones, regido por la oferta y la demanda", señala el profesor Jaramillo. "No es más que cruzar las operaciones", agrega.
Sin embargo, en el Reglamento General de la Bolsa Pública Bicentenaria, publicado el pasado 6 de diciembre de 2010, se dijo que el directorio de la nueva figura, integrado solo por tres personas (Alessandra Navarro -presidenta-; y Anelkys de Castro Flores y William López -como directores principales-), fijaría los precios: "Las operaciones que se realicen (...) se ejecutarán en base al principio de justa valoración de los valores en ella negociados, permitiendo la participación democrática de todos los actores".
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