– ¿Es acertada la salida de Estados Unidos de Irak?
–No. La naturaleza detesta el vacio, pero los terroristas y los extremistas lo adoran. Marcharse de Irak cuando el Gobierno no es lo suficientemente sólido supone encajar un fracaso en un momento en el que acariciábamos la victoria. La discusión sobre el abandono de Irak se mira en el espejo del debate sobre la salida de Corea en 1950. Incluso Harry Truman dejó la Presidencia con un índice de popularidad inferior al de George W. Bush. Pero si miramos a la Corea actual con la disputa todavía viva entre el Norte y el Sur, no creo que ningún estadounidense se reproche haber abandonado el país.
– ¿Puede el país árabe caer en una guerra civil?
–Sí puede. Durante el conflicto sectario de 2006 y 2007 se combatieron sobre los entornos urbanos y en las pequeñas ciudades mixtas, pero no se intervino en los principales focos de la batalla entre suníes y chiíes. La inestabilidad y la violencia permanecen en las ciudades de Kirkuk, Mosul o la provincia de Diyala.
– ¿Qué credibilidad tiene la acusación de Maliki de que los suníes quieren tomar el control de Irak?
–Los miedos del Gobierno chií y de la población chií de que los árabes suníes realizarán un golpe de Estado después de la retirada de los americanos se arrastran desde hace años. Ya estaban cuando el general David Petraeus empezó a entrenar a la milicia suní de Al Anbar (para combatir a Al Qaeda) o cuando la CIA formó a los servicios de seguridad al margen de las autoridades iraquíes. Dicho esto, pocos piensan que pudiera producirse con éxito un golpe de estado. Las Fuerzas de Seguridad están demasiado aisladas y el Gobierno es demasiado numeroso.
–¿Puede Irán penetrar en el país?
–A pocos iraquíes, y a pocos árabes, les gustan los iraníes. Pero tras la salida de EE UU, los iraníes han pasado a ser la fuerza más poderosa en la región, así que los políticos que quieren sobrevivir se afanan por tejer alianzas con Teherán. El abandono de Irak ha obligado a Maliki a ser mucho más pro iraní de lo que de lo contrario hubiera sido.
Michael Rubin
Investigador Senior del American Enterprise Institute
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