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8 feb 2012

Precandidatos evitan discursos polémicos para captar electores adeptos al Gobierno


Los favoritos a convertirse este domingo en el candidato de la oposición venezolana en las presidenciales de octubre apuestan a evitar la confrontación con Hugo Chávez y prometen reforzar su popular política social para conquistar a las clases más bajas, afines al mandatario.


En la recta final de sus campañas para las primarias de la oposición, los gobernadores de los dos estados más poblados del país, Henrique Capriles (Miranda, norte) y Pablo Pérez (Zulia, oeste), favoritos a medirse con Chávez el 7 de octubre, buscan el máximo contacto con los sectores populares, recorriendo barriadas de todo el país con un mensaje conciliador y haciendo hincapié en la lucha contra la pobreza.

Capriles, de 39 años y primero en las encuestas, asegura que de ganar las primarias, y luego las presidenciales, su gobierno cambiará “la forma de hacer las cosas” pero no se fabricará “un traje a la medida” rompiendo con todo lo que ha hecho Chávez, como sí proponen otros candidatos más radicales –y menos populares.

También Pérez, de 42 años, defiende que no se debe cortar de raíz las políticas del actual gobierno: “Nosotros no pretendemos llegar al gobierno a decir: ‘aquí se acabó todo y viene otra cosa’, no. Lo que consideramos que es bueno vamos a dejarlo, lo que hay que mejorar se mejorará y con lo que realmente no estamos de acuerdo, ya se verá”, dice.

“Desde hace algunos meses Capriles y Pérez se perfilan como favoritos justamente por su discurso de despolarizar al país y de no confrontar a Chávez”, explica a la AFP la historiadora Margarita López Maya.
“Es una estrategia electoral aparentemente exitosa y que ellos presentan con matices. Pérez, aliado a partidos tradicionales, apuesta por la nostalgia del pasado pero con un liderazgo renovado por ser joven; y Capriles, aliado a partidos desprendidos del chavismo, apuesta a ser algo nuevo y fresco, pero que no antagoniza tanto con Chávez”, dice la también doctora en Ciencias Sociales.

Los dos favoritos prefieren mencionar a Chávez lo menos posible o hacerlo sólo para asegurar que son capaces de vencerle, pese a las altas cotas de popularidad de que goza después de 13 años en el poder y a ocho meses de las presidenciales, en las que el mandatario aspirará a un tercer mandato.

En cambio, los otros tres candidatos a las primarias –la diputada María Corina Machado, el ex embajador Diego Arria y el sindicalista Pablo Medina– suelen increpar directamente al mandatario e incluso la única aspirante femenina le llamó públicamente “ladrón” por su política de expropiaciones.

Estos candidatos buscan la confrontación para obtener los votos de la oposición más dura, pero Capriles y Pérez “mantienen un discurso que apunta a reconciliar al país”, políticamente dividido entre partidarios y detractores de Chávez, y que “podría llegar a motivar a los electores indecisos o descontentos con el gobierno”, opina Ángel Álvarez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Pero, además de evitar el ataque frontal, los favoritos a las primarias apuestan por continuar y mejorar las “misiones” sociales que ofrece el gobierno desde 2003 (en salud, alimentación, vivienda, etc.) y que hasta ahora han permitido a Chávez ganar popularidad de cara a sus citas electorales.

“Viene un cambio en la forma de hacer las cosas, pero ¿en qué no viene un cambio? Por ejemplo, en lo social, en que el primer punto de la agenda sea lo social”, explica Capriles, convencido de que es necesario “despolitizar” y eliminar “la burocracia que se come” a los programas sociales del gobierno, pero nunca eliminarlos del todo.

Visión similar es la que tiene Pérez, quien afirma que las “misiones” sociales deben “hacerse eficientes e incluyentes” y ser “manejadas directamente por las comunidades para que los beneficios lleguen a todos”.
Álvarez cree que ofrecer la continuidad de las misiones es más “un asunto de convicción” que de estrategia electoral, “porque ambos gobernadores han desarrollado políticas sociales importantes” en sus respectivas regiones, donde gobiernan desde 2008.

No obstante, insisten tanto en este asunto “para contrarrestar la campaña oficial que busca intimidar a las clases populares, al asegurar que la oposición eliminará los beneficios sociales”, como ha reiterado Chávez en varias ocasiones, agrega Alvarez.

¿Funcionará esta estrategia frente al popular Chávez en las urnas? El columnista Carlos Blanco y asesor de la candidata Machado advierte de que ante “un candidato que ofrezca lo que hace Chávez, pero mejorado, sin retar a fondo al régimen, tal vez (el votante desencantado) prefiera el original a la copia”.

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