El tráfico ilegal de combustible hacia Colombia es “operado por mafias organizadas que tienen radios de comunicación, ‘moscas’ en las carreteras que avisan cuando hay puntos de control. Estas mafias han tratado de apoderarse de las cooperativas del convenio binacional”, aseguró el general del Ejército, Gerardo José Izquierdo Torres, jefe de la Primera División de Infantería.
En una entrevista con PANORAMA, el jefe militar aseguró que los 70 millones de litros de gasolina que sale cada mes de forma ilegal a Colombia no representa “ni el 5% del producto que entra al Zulia. Todos los días llegan al llenadero Bajo Grande cuatro buques con 550 mil litros cada uno.
—¿De qué manera el Ejército está enfrentando el contrabando de combustible en la frontera con Colombia?
—El contrabando de todo tipo se ha convertido en un modo de vida en la Guajira y por eso estamos tratando de poner orden en ese municipio. En cuanto a la gasolina hemos tenido casos donde pasan por la frontera hasta 207 camiones tipo 750 en un día. Han ocurrido arrollamientos entre ellos, pero se arreglan con la ley wayuu y no salen a la luz pública. Sin embargo, mantenemos varios controles estratégicos y se han aplicado más restricciones en el paso de la mercancía hacia Colombia.
—¿Las cooperativas de transporte de combustible, que forman parte del convenio binacional, también entran en esos controles?
—Por supuesto. La guerra no es contra las cooperativas, ellas son parte de la solución para el tráfico ilegal. Les damos garantías de tránsito libre, pero eso no quiere decir que se escapen de nuestro control. La comercialización del combustible es buena, porque así ayudamos a Colombia, lo malo es que eso se ha venido degenerando, como las enfermedades o los virus que van mutándose y así el sistema empieza a presentar fallas y nuestra obligación está en detectarlas y corregirlas
—¿Cuáles son las fallas que han detectado en el transporte?
—Se han encontrado casos en los que la factura de compra del producto dice que es transportado en una cisterna blanca y el vehículo que vemos es rojo. Las placas no coinciden, tampoco el volumen y, en algunos casos, no especifica a qué parte de la Guajira va la gasolina. Ésas son incongruencias que debemos pararlas e investigarlas. Hace poco agarramos a a un par de extranjeros indocumentados, está bien que el transporte sea binacional pero el conductor debe tener documentos, porque si no está ilegal en el país.
—Las cooperativas indican que están al día con la documentación. ¿Se está cumpliendo con un proceso de verificación?
—El problema está después que las gandolas salen del llenadero Bajo Grande y estamos investigando cuál es, al igual que verificamos si las cooperativas sacaron el cupo asignado para ver que no hayan transportado más de lo que les corresponde. Insisto, ellas son parte de la solución, pero hay contrabandistas que se disfrazan de cooperativas, van con sus cisterna y falsifican los documentos. La mayoría de los papeles son fotocopias y eso no es válido, porque sabemos que salieron de Bajo Grande con facturas originales, entonces se tuvieron que detener en algún sitio a sacarles copia y no puede ser.
—¿Qué procedimientos siguen para verificar que la documentación sea legal?
—Hay una guía de verificación que nos facilitó el Ministerio de Energía y Petróleo, donde se chequea el nombre del conductor, la licencia de conducir, la orden de despacho, el número de volumen, el destino y las placas del vehículo. Todo eso debemos mirarlo, no es un invento nuestro y hemos agarrado camiones que dicen ser cooperativistas y no tienen esos requisitos. Las cooperativas están legales en su comercialización, el tema es que se les infiltran y bajo ese manto se arropan para poder sacar el combustible.
Panorama
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