Twitter

8 ene 2012

América Latina, bajo protección de China

Apoyadas en la sostenida demanda China, las economías sudamericanas crecen como si estuvieran inmunizadas ante la crisis que afecta a la Unión Europea y Estados Unidos.  
 
Los expertos afirman que el gigante asiático tiene en brazos a estos países proveedores de interminables volúmenes de alimentos y minerales. Sin embargo, no todas son buenas noticias. La región avanzó hacia un mejor balance fiscal y un menor endeudamiento, pero a mediano plazo ofrece aún flancos débiles. 
 
«La crisis del euro plantea oportunidades y riesgos para América Latina», apunta el economista argentino Bernardo Kosacoff, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. «Hoy hay un mundo más competitivo, con precios más bajos, y otro que se desacelera y trae un impacto negativo. En ese escenario -apunta-, la región está en una posición más favorable, pero en un mundo mucho más complejo». 
 
Por su parte, el economista ecuatoriano Leonardo Suárez, de la Universidad de Guayaquil, estima que «China va a salir a rescatar a los emergentes que lo proveen de 'comodities' (productos básicos) y eso es bueno para América Latina, pero hay también riesgo de que la crisis del euro afecte decisiones de inversión, cambie expectativas y provoque devaluaciones en nuestra región». 
 
A su juicio, el comercio no lo es todo. «El contacto financiero es mucho más relevante. Ya lo hemos visto en los últimos meses; cualquier crisis hace pedazos a los mercados bursátiles. Por eso creo que, aún cuando hoy la amenaza es menor que hace un tiempo, si la crisis del euro se profundiza el impacto se va a sentir», advirtió. 
 
Frente a los riesgos, los latinoamericanos están optando por unirse y, al mismo tiempo, tomar distancia de los países más afectados. En las últimas cumbres, consolidaron la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) y el Mercosur, y crearon una nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, sin EE UU ni Canadá. 
 
Según el balance de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región creció un 4,3% en 2011, menos que el año anterior (5,9%) pero más de lo que se espera para 2012, que sería un 3,7% en el mejor de los escenarios, es decir, con la UE y Estados Unidos estabilizándose.
En general, los países mejoraron también fuertemente su solvencia. Entre 2000 y 2007, la región redujo su endeudamiento en 15 puntos del Producto Interior Bruto conjunto y pasó de un déficit fiscal medio del 2,4% a un superávit del 0,4%. Todos incrementaron sus reservas. Por ejemplo, solo Brasil pasó de 37.000 a 260.000 millones de dólares desde 2003. 
 
Con esa economía más saneada, los gobiernos emprendieron políticas sociales que apuntaron a crear empleo, aumentar salarios y transferir ingresos hacia los más pobres. La pobreza y la indigencia cayeron a los niveles más bajos de los últimos 20 años y se creó un mercado interno fuerte, que contribuye a su vez a sostener la demanda. 
 
Si el análisis se hace en bloques, la dinámica difiere entre Sudamérica por un lado, y Centroamérica, México y el Caribe por el otro. México, que destina el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, se ve más afectado que Argentina, Brasil, Chile o Perú, que colocan la mayor parte de sus productos en China. Por eso, para Suarez, las inversiones irán a estos últimos países, que tienen asegurado el mercado en Asia.
 
A nivel comercial, en casi una década el intercambio de la región con China se triplicó con creces. Este fenómeno ahora resulta un salvavidas, pero plantea interrogantes en caso de una desaceleración de la potencia asiática. Para no caer en el vacío, la región debería avanzar en un desarrollo industrial. En esto, «Argentina y Brasil podrían mejorar mucho su productividad», sostiene Rubens Ricupero, ex ministro de Finanzas de Brasil. 
 
En cambio, la entrada masiva de capitales 'golondrina' -inversiones que buscan ganancias rápidas- no es lo que necesita la región. Este fenómeno está perjudicando ya la competitividad de Brasil, donde hay fábricas convirtiéndose en importadoras, alerta Ricúpero, que fue también secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. 
 
Para él, no se trata de negar las ganancias que dejan las materias primas, si bien la industria -advierte- es la que tiene el efecto de diseminar el desarrollo a toda la economía y la sociedad. Y eso no es lo que pasa hoy en Brasil, uno de los países que menos creció en 2011. Así, mientras que su vecina Argentina avanzó un 9%, ella lo hizo un 2,9% y este ritmo puede marcar la suerte futura de la región.

.

0 comentarios:

Publicar un comentario