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22 dic 2011

Todo indicaría que funcionario argentino falleció debido a una "asfixia autoerótica"

La principal hipótesis que se maneja en la investigación por el fallecimiento del subsecretario de Comercio Exterior argentino, Iván Heyn, es que el funcionario kirchnerista de 34 años murió accidentalmente, en el marco de un juego sexual de autosatisfacción.

La investigación policial y judicial, sumada a los resultados de la autopsia que no halló signos de violencia en el cuerpo, apuntan a que el fallecimiento fue causado por lo que se conoce como asfixiofilia o asfixia erótica, una práctica sexual que implica impedir la respiración propia o de la pareja.

"Si se me pregunta qué fue lo que ocurrió, yo digo que la causa de muerte fue esa", señaló a El País una fuente cercana a la investigación. Otro elemento que reforzaría esa posibilidad es que el cuerpo de Heyn fue hallado sin ropa.

El juez Homero Da Costa, quien en la tarde del martes se constituyó en la habitación del piso 10 del hotel Radisson que ocupaba Heyn, no recibió aún los exámenes toxicológicos realizados al cuerpo, para determinar si el funcionario consumió alcohol o alguna otra sustancia.

Cuando los informes lleguen a manos del juez (cosa que seguramente ocurrirá tras la Feria Judicial que se inicia mañana) el magistrado dará vista del expediente al fiscal Diego Pérez, para que decida si solicita alguna prueba o el archivo del caso.

Heyn había asumido como subsecretario de Comercio Exterior el pasado 10 de diciembre cuando Cristina Fernández inició su segundo mandato. La muerte del funcionario conmocionó la Cumbre de Presidentes del Mercosur que se realizó el martes en Montevideo.

La Asfixia autoerótica

El término asfixia autoerótica fue acuñado por J. Money para definir la forma de obtener satisfacción sexual a través de la pérdida de la respiración durante la masturbación.

Históricamente, la práctica de la autoasfixia erótica se ha documentado desde principios de 1600. Se utilizó por primera vez como un tratamiento para la disfunción eréctil y la impotencia.

La idea de iniciar esta práctica, pudo ser consecuencia de la observación de que algunos reos ejecutados en la horca desarrollaban una erección, que duraba a veces incluso después de la muerte (la muerte en erección), y de vez en cuando incluso se observó que el condenado eyaculaba durante el ahorcamiento o después.

En casos extremos, los asfixiófilos suelen desear ser estrangulados hasta la muerte. El caso más famoso de esta práctica es el de Sharon Lopatka, hizo uso de internet para localizar un hombre que tuviera la fuerza para llegar a torturarla y matarla mientras realizaban el acto sexual, al final lo consiguió, muriendo en octubre de 1996.

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