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30 nov 2011

50 comerciantes informales piden a la DMM el permiso para vender en el casco central en Diciembre

Aún no sale el sol. Ellos ya están despiertos, en movimiento, preparados, ansiosos. Son días buenos, faltan horas para el 1 de diciembre. Traen arrastrados toldos, carretillas y mesas. Antes del alba se sitúan en la isla del canal muerto, en la avenida Libertador. Abren el paraguas, unen las piezas de sus mesones y disponen la mercancía.

Llega un posible comprador, y no logran concretar la primera venta del día porque oficiales de Polimaracaibo se lo impiden. Por qué, se preguntan, y unos con otro se responden: es que para trabajar ahí precisan permisos de la Dirección de Mercados Municipales (DMM) de la Alcaldía marabina, pero no los tienen. Se los negaron la última vez que fueron a solicitarlos.

Entonces los echan para atrás. El lunes, por ejemplo, detuvieron a 20 comerciantes informales por negarse a irse. Lo que no le decomisaron se perdió, dice un vendedor de frutas, mientras se afana en exigir su derecho al trabajo en la manifestación que 50 personas lideraron ayer; a lo que un jovencito que viene con una carretilla de mandarinas (muchas podridas porque es mercancía del lunes), apoya. "Nos tuvieron agarrando sol de 7.00 de la mañana hasta las 7.00 de la noche".

¿Por qué a ellos no?

El asunto se entiende mejor cuando Euclides Molina, representante de la Asociación de Comerciantes Informales de la Libertador, lo explica: "La estadía de estos compañeros es provisional. Cada Navidad algunos arman sus tarantines en el canal de la isla muerta para vender jugos, refrescos, minutos de celulares, cotizas, frutas y verduras; pero el 1 de enero se quitan, despejan la vía".

A los afectados no les queda más remedio que apostarse detrás de las mesas tradicionales, esas que están en la isla izquierda de la Libertador durante el año, lo que, en palabras de Molina, congestiona más ese pasillo.

Hildemar Peña, vendedor de cotizas, se pregunta por qué si el 95 por ciento del centro está tomado por buhoneros, incluyendo la isla central, a ellos, "tan trabajadores como los otros", no les dan luz verde.

Esos compañeros, los que ayer exigían su derecho al trabajo y a protestar pacíficamente, son los mismos que durante el año recorren el casco central ofreciendo su mercancía. Son comerciantes informales pequeños, padres de familia que buscan el sustento.

Todos los años

Quienes protestaron ayer en la avenida Libertador son los mismos comerciantes informales que cada año se enfrentan a las prohibiciones de la Alcaldía de Maracaibo de estar ahí y a los "atropellos de Polimaracaibo". Muchos tienen entre 20 y 30 años vendiendo su mercancía en el lugar.

Jazmín García, vendedora de pinchos y dueña de un centro de comunicaciones, da fe de esto. La última vez que un funcionario policial la agredió fue hace pocos meses. La quería sacar de la acera donde estaba su mesa, su paraguas y mercancía. Le tumbaron el carrito de refrescos y ella quedó convaleciente en el piso.

Fuente: La Verdad

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