Finalmente el tan solicitado aumentó por parte del sector industrial para los productos derivados de trigo fue concedido. Este martes, mediante Gaceta Oficial Nº 39.638, correspondiente al lunes 21 de marzo de 2011, se modificaron los precios que de ahora en adelante regirán el sector de panificación y de pastas alimenticias del país.
Mediante una resolución conjunta del Ministerio de Planificación y Finanzas; para el Comercio; para la Agricultura y Tierras; para la Alimentación y para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias se estableció que el kilo de pan de trigo salado de panadería será expendido de ahora en adelante en 5,52 bolívares, lo que representa un aumento de 24% con respecto al precio anterior de 4,45 bolívares establecido en agosto de 2008.
Las pastas recibieron un aumento de 33% por lo que la presentación de un kilo ahora cuesta 4,33 bolívares (antes 3,26 bolívares) mientras que la presentación de 500 gramos subió a 2,70 bolívares y la de 250 gramos se reguló en 1,73 bolívares.
Los pastificios tenían sus costos congelados desde mayo de 2009 cuando el Ejecutivo anunció que los precios fueron modificados a la baja.
El ministro de Alimentación, Carlos Osorio, explicó durante una entrevista en Venezolana de Televisión que los nuevos precios fueron establecidos con base a “la evaluación de la estructura de costos, los precios de la materia prima, el procesamiento del sistema de preparación y el consumo”.
Osorio precisó que Venezuela es el tercer país en el mundo con mayor consumo de trigo, rubro que debe importarse en su totalidad debido a que en el país no se produce.
TRIGO BAJA LA RENTABILIDAD
Debido a los volátiles precios del trigo en el mercado internacional durante este año (ayer en Canadá se cotizaba la tonelada en 449,61 dólares), el sector panadero y procesador de pastas vio aún más golpeada sus operaciones debido a la devaluación de enero que unificó todas las importaciones de materia prima a la tasa de 4,30 bolívares, por lo que los costos se elevaron considerablemente para la industria transformadora.
Ante la crítica situación, el Ejecutivo anunció la semana pasada que controlará las importaciones de materias primas como cereales, lácteos y grasas “para evitar el encarecimiento de los productos”, por lo que ahora los industriales dependen totalmente de lo que decida el Gobierno con respecto a la repartición del trigo (y al valor al que será vendido) para calcular su rentabilidad con la modificación de los precios de la canilla y la pasta.
El mes pasado, la Federación Venezolana de Industriales de Panificación (Fevipan) precisó que la harina de trigo representaba el 50% del total de los costos de producción, por lo que sus altos precios impactaba fuertemente su estructura de costos.
El uso del trigo importado en Venezuela está repartido de la siguiente manera: 54% para el sector panadero; 29% para los fabricantes de pastas; 8% destinado a la harina de uso doméstico y 7% para la fabricación de galletas.
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