Venezuela dijo el lunes que endurecerá los controles para evitar que la eliminación de una de las tasas oficiales de cambio anunciada la semana pasada desate una ola de especulación de precios en alimentos y medicinas que afecte a los más pobres.
El jueves, Venezuela eliminó la tasa de cambio preferencial de 2,6 bolívares por dólar, que bajo el control de cambios era usada básicamente para la compra de alimentos y medicinas, y mantuvo a partir del 1 de enero el tipo de cambio oficial de 4,3 bolívares por dólar, que regía para la importación de bienes considerados suntuarios por el Gobierno.
Al mismo tiempo, se informó que las operaciones a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), controlado por el Banco Central, se mantendrán en 5,3 bolívares por dólar.
La medida es vista por analistas como una devaluación efectiva de la moneda local que golpeará a los más pobres y podría causar escasez de algunos alimentos.
El país petrolero habría cerrado el 2010 con una contracción del producto interno bruto del 1,9 por ciento, mientras que la inflación habría trepado al 26,9 por ciento.
“Es necesario atacar fuertemente la especulación e impedir que por esa vía unas minorías, dueñas del capital y que manejan mucho dinero, se aprovechen de esta situación y logren desviar la intención del Gobierno nacional de favorecer al pueblo venezolano”, dijo Miguel Barroso, presidente de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).
El funcionario sostuvo que el tipo de cambio oficial preferencial de 2,6 bolívares por dólar “estaba limitado a un grupo reducido de bienes con la intención de por un tiempo apalancar al aparato productivo”, pero que fue utilizado por los grandes empresarios para desviar el dinero.
Por eso, el Gobierno tomó la medida de eliminar el tipo de cambio oficial dual, ya que el sistema permitía a los capitalistas “tener una ganancia mucho mayor a costas de ese proceso productivo que debería estar al servicio del pueblo venezolano”, sentenció Barroso.
Chávez: no hay más
Pese a que algunos analistas aseguran que el bolívar se mantiene sobrevalorado y temen nuevas medidas de ajuste monetario, el presidente Hugo Chávez dijo el fin de semana que no hay más medidas y acusó a la oposición de atacar a lo que el llama su revolución socialista.
“¿Qué es lo que dicen los apátridas? Que estamos generando las condiciones para implementar un paquetazo neoliberal. Se trata, por supuesto, de la estrategia de mentir descaradamente para generar confusión”, aseguró el ex militar que gobierna Venezuela por cerca de 12 años años.
Chávez acusó a la oposición de criticar la eliminación del tipo de cambio dual y dijo que evitan hablar de la especulación, de la que “son responsables”, por lo que prometió “meter en cintura a los especuladores (…) y no vamos a tener ninguna clase de contemplaciones con ellos”.
“El capital monopólico, con (el gremio empresarial) Fedecámaras a la cabeza, infla desmesuradamente los precios, despreciando la racionalidad económica y burlándose del pueblo”, sostuvo el mandatario.
Indicadores estables
Indicadores de riesgo como el EMBI de Morgan Stanley y el de rendimiento CDI suelen calificar de forma consistente a la deuda venezolana como la de mayor riesgo de incumplimiento de pago en el mundo, por lo que Wall Street centra su inquietud sobre si el Gobierno de Chávez seguirá pagando sus compromisos.
Los analistas coinciden en que, al menos en el corto plazo, Venezuela seguirá honrando sus compromisos. Casi nadie cree que el país podría declarar un moratoria de pagos, debido a su gran producción de petróleo y al récord que posee la nación en el cumplimiento de sus obligaciones.
El país también posee unas saludables reservas internacionales, grandes reservorios de crudo y acceso a fuentes bilaterales de financiamiento como China, que el año pasado concedió a la nación sudamericana un préstamo por unos 20.000 millones de dólares.
El bono global 2027 se comercializa gracias a su volatilidad y altos rendimientos. En el 2010 hubo una alta demanda por unos 3.000 millones de dólares del bono Global 2022 en agosto, y por unos 3.000 millones de dólares en notas de la estatal Petróleos de Venezuela PDVSA en octubre.
Ambos papeles ofrecen altos rendimientos en momentos en que capitales de países desarrollados están buscando inversiones más rentables en mercados emergentes como Venezuela.
Reuters
0 comentarios:
Publicar un comentario