La
capital marabina, con dos millones de habitantes, solo cuenta un camión
contra incendios y con 500 funcionarios bomberiles, lo que se traduce
un déficit de 1.500 hombres, pues lo ideal sería que cada 100 mil
marabinos cuenten con un bombero. Además de la escasez de recurso
humano, la falta de estaciones, de ambulancias, de cisternas y de
camiones escaleras, entre otros equipos, ahoga su eficacia.
Según los estándares internaciones, el tiempo de respuesta a llamados de
emergencia no debe superar los cinco minutos, pero Maracaibo solo
cuenta con seis estaciones que asisten a 18 parroquias, violando la
norma que indica que cada una debe tener su propia estación.
“La falta de unidades nos impiden cumplir con el tiempo de respuesta
reglamentado porque solo tenemos seis estaciones. No es lo mismo tener
una estación en cada parroquia que trasladarnos de una hacia otra”,
explica Luis Arrieta, director del Cuerpo de Bomberos de Maracaibo.
Entre los vehículos que tiene la institución hay cinco ambulancias,
operativas y seis fuera de funcionamiento, según Arrieta. Sin embargo,
en el patio de la comandancia se observan ocho unidades dañadas. En cada
estación debería haber un camión de combate de incendios, pero solo
tienen uno funcionando para cubrir toda la ciudad.
Como el suministro de agua en las vías no existe en Maracaibo, lo ideal
es que cada estación tenga dos cisterna, pero solo cuentan con dos (uno
de 40 mil litros y otro de 20 mil) para toda Maracaibo. Además tienen
solo un camión de elevación y otro cesta operativos. Otro cisterna, de
seis mil litros, está fuera de servicio.
Un funcionario adscrito al organismo, que prefirió no identificarse,
confesó que en emergencias como las de las lluvias de noviembre del año
pasado asistieron a la comunidad “como pudimos porque ni medicamentos
teníamos en las ambulancias”.
El comandante Arrieta asegura que el presupuesto invertido cada año
en el Cuerpo de Bomberos es insuficiente ante los altos costos para
equipar a cada efectivo. “Hay cuerpos de seguridad, como la policía
municipal, que están mejor equipados que nosotros. La razón es sencilla:
dotar a un policía con su arma, su uniforme y el resto de implementos
puede costar 40 millones de bolívares, pero en un solo bombero se deben
invertir 80 millones”, aseguró Arrieta.
Como cuerpo alternativo que puede suplir la falta de funcionarios en
la ciudad y en el estado en general aparece el Cuerpo de Bomberos y
Bomberas Voluntarios Metropolitanos Forestal y Ambiental de Venezuela,
pero debido a que no reciben pagos de ningún ente gubernamental, de los
100 que lo conformaban quedan 22.
“Nuestro organismo se fundó en La Guaira en 1984, pero en el 2008 nos
trasladamos al Zulia porque teníamos problemas presupuestarios para
nuestro funcionamiento. Hasta ahora, nadie nos ha asistido, trabajamos
por vocación porque ni siquiera tenemos sueldo”, relató Richard Montiel,
capitán del cuerpo bomberil.
La sede de estos bomberos forestales funciona hoy en la residencia de
Montiel, en el sector El Bebedero, municipio San Francisco, pues no les
han cedido algún espacio. Tampoco cuentan con vehículos apropiados para
cumplir sus funciones.
“Hace como seis meses incendiaron un cerro de leña frente a nuestra
sede. Como no tenemos equipamiento, tuvimos que apagarlo con arena”,
contó Luis Sánchez, jefe de grupo de los bomberos forestales. Entre los
equipos más necesarios, incluyen una ambulancia, un camión cisterna, uno
de rescate y uniformes.
En términos generales, se calcula que el país tienen un déficit de 50%
de bomberos para atender eficazmente. El déficit en Maracaibo se
evidencia en la falta de 12 estaciones para suplir a todas las
parroquias.
