Días antes de que se celebraran las elecciones en Rusia,
Sergei Smirnov recibió una llamada de un hombre que se identificó como
Mikhail le detalló los términos del acuerdo: 52 euros por votar cuatro
veces a Vladímir Putin.
Esa
misma suma fue ofrecida a docenas de jóvenes hombres y mujeres que se
reunieron el domingo fuera de un popular restaurante de comida rápida en
el suroeste de Moscú, esperando a ser conducidos a varios centros de
votación alrededor de la capital.
El periodista Smirnov dijo
que se encontró con ese grupo unas pocas semanas antes de las
elecciones a través de un amigo. Mikhail dio las últimas instrucciones
la mañana del domingo. «Nos dijo que teníamos que votar a favor de Putin, fotografiar la papeleta y enviar la imagen por teléfono», afirma Smirnov.
Smirnov
es uno de los activistas que se infiltraron en la jornada electoral
para seguir a un grupo, un «carrusel» de votantes, personas que votaron
en diferentes colegios electorales con la documentación de electores
ausentes.
Se
trata de una práctica, denuncian los opositores, usada por el Kremlin
desde que Putin llegó al poder en el año 200, incluyendo las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre en la que las sospechas de fraude provocaron las manifestaciones más importantes en los últimos doce años.
Políticos
opositores dijeron este domingo, el día en que Putin se proclamó
vencedor con más del 60% de los votos, lo que le da la presidencia en
primera vuelta, no fue una excepción. «Nadie esperaba esto, es un
descaro total», dijo Alexei Navalny, un popular líder antigubernamental.
Para
demostrar la limpieza de los comicios, Putin ordenó instalar miles de
cámaras web en los lugares de votación y, en el discurso posterior,
aseguró que había ganado «en una lucha abierta y honesta». Golos,
organismo independiente ruso que vigila el buen desarrollo de las
elecciones, ha informado de que ha recibido más de 3.500 denuncias por
irregularidades.
Un vídeo subido a Youtube por
alguien que se identifica como Fremstiller muestra a hombres en la
provincia de Daguestán intruduciendo una papeleta tras otra.
«El resultado correcto»
El diputado Ilya Ponomarev dijo
que en la tarde del domingo oyó hablar de decenas de casos sospechosos
de fraude, incluyendo grabaciones. Denunció que el sistema electoral
ruso tiene una cultura fraudulenta, con funcionarios deseosos de
complacer a los dirigentes.
«Vladímir
Putin ha creado un sistema en el que las autoridades provinciales están
obligadas a sostener los resultados del partido en el poder. Saben que
si no llegan a la cifra deseada podrían perder sus empleos», declara
Ponomarev.
Reuters
informa de la existencia de unas grabaciones en sas que se ve al
activista Smirnov y otra personas viajando en coches a Vnokovo, un
pueblo a las afueras de Moscú, de allí a la aldea de Tolstopaltsevo, y
de vuelta a Moscú.
Smirnov
afirma que él viajaba en un coche con otras tres personas, de los
cuales uno era un amigo. «Los otros dos decían que no era la primera vez
que lo hacían y que en las últimas elecciones habían votado en seis
lugares distintos, por los que recibieron 129 euros».
Durante el domingo, blogueros colgaron en internet fotografías de votantes subiendo y bajando de autobuses en los colegios electorales, una escena que demostraría el voto múltiple.
Estas
sospechas de fraude servirán a los líderes opositores para mantener
vivo el movimiento de protesta que se ha vivido en las calles de Rusia
durante las últimas semanas.
Moscú
acoge este mismo lunes multitudinarias manifestaciones tanto a favor
como en contra del recién elegido presidente del país.
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