Único en su tipo, desde hace 55 años el mercado público Ernesto Pugibet, mejor conocido como de San Juan, ofrece a su clientela tanto nacional como internacional productos exóticos que van desde un filete de cocodrilo hasta las codiciadas almejas blancas.
Desde su creación se conoció como el mercado de los ricos, pero hoy es el lugar donde se surten amas de casa, embajadas, chefs, entre otras personas que buscan cumplir algún capricho gastronómico, como la carne de león.
De la importación a lo exótico
Los locatarios de San Juan se distinguen por especializarse en los productos que ofrecen, por ello son tan antiguos como su clientela.
Es el caso de 'La Holandesa', negocio de productos lácteos y salchichonería que por tres generaciones se ha especializado en quesos. El local tiene cerca de 400 tipos de quesos nacionales y extranjeros y su especialidad son los artesanales; es decir, aquellos que desde la ordeña hasta el ultimo proceso de producción son hecho a mano.
Rosa María Guevara Guevara, quien atiende un negocio de verduras que heredó de sus abuelos, recuerda que cuando empezó a trabajar la mercancía era traída de Xochimilco.
"Continuamos vendiendo productos 100 por 100 mexicanos, pero nuestra especialidad no es sólo que tenemos productos que en las tiendas de autoservicio no tienen, sino que las verduras fueron cultivadas en invernaderos, lo que les da mayor frescura y calidad", comenta.
Pero de si de excentricidades se trata, en Ernesto Pugibet las solicitudes más caprichosas se pueden hacer realidad.
El señor Pedro Hernández de la pollería 'San Juan' explica que las carnes que no son de consumo común se consiguen con permisos y acuerdos con zoológicos.
"Es a petición porque no es carne usual, el comensal busca en zoológicos alguno de estos animales que por sus condiciones estén a punto de sacrificar y lo compran para después venderlo. Lo malo es que la carne no suele ser tan buena, está dura", explicó Pedro, quien vende derivados del pato y hasta productos prehispánicos.
En peligro de extinción
Comensales como Luis Medina, dueño de la 'Pescadería Medina' y quien se inició como canastero en las viejas instalaciones del mercado, han vivido el desarrollo del inmueble y de los productos que se venden en su interior.
Lamenta que derivados del mar como el abulón escasean debido a que "se los están llevando los chinos porque los pagan bien".
Por ello, ante la escasez de este molusco su precio por kilo alcanza los mil 200 pesos, según la temporada.
Otros productos, como la almeja blanca de Veracruz, también escasean por causas naturales desde hace siete años.
"Ya no salen muchas es muy poca la que nos traen, apenas nos dejan 70 kilos al año y su precio, cuando hay, es de más de 180 pesos el kilo", explica Medina.
Quienes son aún más afortunados son los amantes del pejelagarto a la sal, el pez considerado por la cultura prehispánica como sagrado, ya que al mercado llegan esporádicamente de dos a tres.
Sin miedo a los autoservicios
Conscientes de la acelerada instalación de tiendas de autoservicio por toda la ciudad, los locatarios de San Juan están seguros de que sus productos no se encuentran en otro lugar ni tienen la misma calidad.
De ahí que se definan como un orgullo para la ciudad y una tradición que mexicanos y extranjeros no deben olvidar, ya que sus paladares lo agradecerán.
Lo único que solicitan los comerciantes a las autoridades es contar con el apoyo para la construcción de un estacionamiento que les permita atraer aún más clientes.
El mercado se ubica en la calle Ernesto Pugibet número 21, entre José María Marroquí y Luis Moya, en el Centro Histórico, a cuatro cuadras del Eje Central Lázaro Cárdenas.








0 comentarios:
Publicar un comentario