Como grandes amigos, a quienes las diferencias políticas del pasado no les perturba el presente, se mostraron ayer en Maracaibo el presidente Hugo Chávez y Francisco Arias Cárdenas, mientras recordaban la intentona golpista que comandaron el 4 de febrero de 1992.
Ambos, sin recordar que uno llamó al otro "gallina", llegaron al Cuartel El Libertador vestido de traje militar y portando el tricolar amarrado en su brazo izquierdo, como lo usaron el 4-F, para celebrar la rebelión militar que protagonizaron hace 19 años y condecorar a quienes los acompañaron.
Sus intenciones con respecto al Zulia no las escondió y durante su breve discurso, el presidente Chávez fue claro: "En 2012, &39;Pancho&39; Arias Cárdenas va a regresar a la Gobernación del Zulia".
A los militares que participaron en el golpe de Estado y que hoy se distanciaron les dijo: "Yo creo que el sólo hecho de estar aquí este hermano mío (Arias Cárdenas) y yo, es un ejemplo de que cuando hay conciencia no importa lo que ocurra y siempre seguiremos el mismo camino, como estamos &39;Pancho&39; y yo, es un ejemplo que quiero que ustedes lo vean. No importa las diferencias que tengamos, pero una sola debe ser nuestra causa, la causa bolivariana, la socialista, el proyecto bolivariano, eso es lo que nos une".
En cadena nacional, Chávez aprovechó la oportunidad para pedir unidad dentro de las filas revolucionarias. "Tenemos que seguir fortaleciendo la unidad, la ideología revolucionara en el pueblo y la fuerza armada, sigamos fortaleciento el PSUV y nuestro aliados, sigamos conformando el gran Polo Patriótico, de eso dependerá el futuro de Venezuela".
Arias Cárdenas tomó el microfono antes que el Presidente y afirmó: "El Zulia es revolucionaria, de eso no queda duda".
Hace cinco meses la tolda roja sólo alcanzó tres de los 16 puestos de diputados que se elegían para la Asamblea Nacional y en diciembre su candidato a la Alcaldía de Maracaibo, Gian Carlo Di Martino, perdió frente a Eveling Trejo de Rosales, esposa del dirigente opositor Manuel Rosales.
Desde Valencia
En la tarde de ayer, el Presidente encabezó una concentración en Valencia. Desde allí, aseguró que el 4 de febrero de 1992 partió en dos la historia venezolana. "El Caracazo explotó de manera espontánea. No había proyecto ni líderes. El 4-F fue planificado durante años", aseveró.
El Jefe de Estado dijo que el padre de la rebelión fue el libertador Simón Bolívar y la madre fue la patria. "El 4 de febrero fue producto de la acumulación de frustaciones, y nació del vientre de la madre patria", manifestó.
Las advertencia al sector productivo del país no pasaron por alto. Durante la concentración, algunos seguidores del mandatario mostraron pancartas en contra de la distribuidora Coca-Cola, que tiene semanas paralizada por los trabajadores que negocian el contrato colectivo.
El Presidente mostró su apoyo a los huelguista de la empresa y aseguró: “Si la Cola-Cola no quiere cumplir con la Constitución y las Leyes, bueno uno puede vivir sin Coca Cola, ¿quién dijo que es imprescindible?”.
La visita
María de los Santos Galbán. Las calles y avenidas claves para llegar al Cuartel El Libertador estuvieron militarizadas desde tempranas horas de la mañana de ayer. ¿La razón? El presidente Hugo Chávez visitó la ciudad, para conmemorar la "insurrección cívico-militar" como él denomina a la intentona golpista del 4 de febrero de 1992.
A las 9.30 de la mañana, toldos verdes y rojos rodeaban el cuartel. Una gigante bandera de Venezuela y cintas colgantes con los colores patrios, adornaban la entrada principal. No había paso para transitar por el frente de la institución. Militares armados y ubicados en cercos de seguridad alrededor de la circunscripción, vigilaron en todo momento el paso de camionetas y personal que ingresaba y salía del cuartel.
A la 1.30 de la tarde el movimiento alrededor de la circunscripción militar se intensificó. Camionetas verdes identificadas con el logo de la Guardia Nacional y el Ejército rondaban la zona para custodiarla, tarea que compartieron con la Policía de San Francisco (Polisur), los bomberos y efectivos de Tránsito Terrestre. Los buhoneros se ubicaron a medio día para vender objetos alusivos a personajes socialistas como camisas, gorras, cintas y hasta muñecos del mandatario nacional, el Ché Guevara y Alí Primera.
Una gran tarima levantaban cerca de la entrada del cuartel, mientras un equipo técnico afinaba los detalles de audio, video y gradas para que nada fallara a la hora de la llegada del Jefe de Estado. Todo desencadenó en un caos vehícular que se matuvo hasta altas horas de la noche cuando el Presidente terminó su visita
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