Igual que critiqué a CAP en su primer gobierno por los muchos males que trajo el populismo, también dejé por escrito mi admiración en su segundo mandato por haber tenido la valentía y la clara visión de desarrollo democrático que quedo reflejada en la descentralización, la elección directa de los gobernadores y en una política económica que representaba un viraje de 180 grados.
De haber seguido por esa vía, hoy Venezuela seria otra, pero como le quitó los privilegios partidistas a favor de la meritocracia gerencial, algunos de su propio partido le dieron la espalda y confabularon para sacarlo del poder.
Ahora puedo revelar una conversación que sostuve con el Dr. Ramón Escobar Salom en precedencia del muy querido Dr. Hernán Méndez Castellanos en la cual me dijo que el había quedado sorprendido de la vocación democrática de CAP que al verse acusado por el mismo Escobar Salom, nunca lo ofendió y que enfrentado con la posibilidad de un juicio y teniendo como presionar a magistrados de la Corte suprema no lo llevó a cabo por respeto a la división de poderes que sirve de base a cualquier estado que se quiera llamar democrático.
Por aquella época pre Chávez, también dejé por escrito lo que yo llamaba Seudo democracia socialistoide y populista. Donde los partidos literalmente se caían a codazos para ver cual era más socialista, dándose perfecta cuenta que estaban cavando la tumba de una Venezuela libre y democrática.
El resultado es que ahora no tenemos socialismo, capitalismo, social democracia o social cristianismo. Lo que si tenemos es la infame mezcla del comunismo y el fascismo en algo llamado socialismo del siglo XXI que no es otra cosa que el totalitarismo disfrazado de democracia. Cosechamos lo que sembramos. Será!!!
Por Sammy Eppel
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