Hace décadas, la mayoría los cristianos chinos vivían en las áreas rurales. Pero ahora eso está cambiando a medida que jóvenes profesionales llevan la fe cristiana a las grandes ciudades como Beijing y Shanghai.
Son las siete de la tarde del miércoles. En un apartamento cerca del centro de la ciudad, hombres y mujeres jóvenes hablan de como tener éxito en un país con tantos cambios.
Todos son miembros de la nueva clase privilegiada de China, educados, cosmopolitas, de la clase media o alta de profesionales. Y todos son cristianos.
Jia Li Tian, una de los tantos participantes de este grupo comenta: “Jamás nos ha ido tan bien en China. Pero la vida es más que sólo dinero y materialismo.”
Li Tian trabaja con una empresa grande de turismo en Beijing. Igual que profesionales urbanos en otras partes del mundo, él y sus compañeros viven en edificios altos de apartamentos. Tienen un vehículo o dos. Conocen la tecnología, viajan, y tienen dinero.
Pero la presión por tener éxito es feroz. Zhou Jie, traductor de español dice que la competencia para trabajar en ciudades grandes es fuerte.
Por su parte el asesor de negocios, Liu Yi Zhuo, agrega, “el estatus es todo. Lo que ganas. Cuán grande es tu apartamento. El tipo de carro que manejas. Eso es lo que la gente mira.”
“El gobierno hace posible que ganemos dinero y tengamos la Buena vida. Pero como manejamos tantas presiones? El gobierno no tiene respuestas”, agrega Li Tian.
Cristianismo llena vacíos de la sociedad China
Es dentro de esta sociedad cambiante que la religión, especialmente el cristianismo, está llenando el vacío. El diseñador gráfico, Zhu Kun, dice ser una persona diferente hoy.
Kun, de 23 años, es uno del creciente número de pobladores urbanos que se están convirtiendo al cristianismo.
Asimismo, Liu Yi Zhuo dice, “los últimos dos años han sido difíciles para mí. He sufrido profesional y personalmente. Pero alguien me presentó a Jesús y ahora tengo una nueva perspectiva en la vida.”
Estas reacciones deleitan al Pastor Jin Tian Ming, de la Iglesia Shou Wang, quien es pastor de Kun: “Dios me llamó a lanzar una iglesia para alcanzar a estos jóvenes con el Evangelio.”
En Beijing, Jin Tian Ming dirige “Shou Wang”, una de las iglesias no-oficiales más grandes, a veces llamadas “subterráneas”. El es graduado de la universidad más prestigiosa de China. Hace 18 años inició una iglesia con diez personas. Ahora unas mil personas asisten a su reunión semanal.
“La mayoría se han graduado de la Universidad y trabajan en la ciudad. Tenemos abogados, profesores, doctores, comerciantes”, comenta Tian Ming
El dice que grupos similares se han formado en otras ciudades grandes, atrayendo a empleados de oficinas. “Están buscando como vivir con los cambios dramáticos en China, y están hallando respuestas en el cristianismo.”
Reuniones para bendecir vidas
Jia Lin Tian ayuda a dirigir un estudio bíblico para nuevos creyentes. Ella dice que éste es el nuevo rostro del cristianismo en China. “Dios nos llama a confiar en Él y luego veremos el cambio.”
Tales creyentes son parte de lo que algunos llaman la Tercera Iglesia China.
"Pedro", (nombre ficticio) es asesor de iglesia subterránea, él ha trabajado durante décadas con las iglesias ilegales de China. “Se les llama la Tercera Iglesia porque son muy diferentes a los dos tipos de iglesia que antes había en China. La iglesia registrada, inscrita por el gobierno y las iglesias no registradas, llamadas casas-iglesia, que florecían en las áreas rurales en la década de los 70 y 80. Pero después de las manifestaciones de Tianamen en 1989, estos cristianos urbanos, educados, pudientes, comenzaron a levantar iglesias urbanas.”
Mientras el cristianismo sigue creciendo en la China rural, en las grandes ciudades como Beijing, según los expertos, la iglesia crece más rápido.
“Mientras la iglesia rural no pudo impactar a la sociedad en general, la Tercera Iglesia en las ciudades, sí lo puede hacer porque consiste en líderes que tienen peso: comerciantes, oficiales de gobierno, profesores, líderes en ingeniería, todo los aspectos de la vida”, comenta “Pedro”.
Transparencia en la sociedad
El Pastor Jin no ha inscrito su iglesia con el gobierno y no es parte de la iglesia aprobada por el Estado. Pero lejos de esconderse de las autoridades, Jin y otros líderes de congregaciones similares, quieren trabajar con oficiales del gobierno.
Liu Guan es anciano en la Iglesia Shou Wang, una casa-culto: “Vienen agentes de seguridad a la iglesia cada domingo. Pero no hay nada que esconder. Queremos ser transparentes en la sociedad.”
El gobierno chino mantiene un control estrecho sobre la religión. Todavía hay torturas, detenciones, prisión y maltrato de cristianos. Pero en años recientes las autoridades han iniciado un acercamiento positivo a líderes de casas-iglesia, sobre todo en las áreas urbanas.
“La iglesia está creciendo en China y el cristianismo se está convirtiendo en una parte aceptada de la sociedad. Las autoridades lo saben y se muestran anuentes a trabajar con nosotros”, dice Jin Tian Ming.
Es un gesto que aprecian estos jóvenes creyentes, cuya fe les guía en medio de oportunidades y desafíos de la China actual.
George Thomas
CBN News Sr. Reporter
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