El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha comenzado el año con una agenda enfocada a la expropiación de terrenos en su país, bajo el argumento de producir y resolver el déficit de viviendas, y marcada por los enfrentamientos con la OEA y Estados Unidos en el ámbito exterior.
Al grito de “arreciar” las “recuperaciones” de tierras, como denomina el Gobierno a las expropiaciones, Chávez ha puesto en el centro de sus acciones la adquisición de fincas en el ámbito urbano y rural, mientras prepara una ley orgánica de emergencia para terrenos urbanos y vivienda.
Esa ley, de la que no ha dado detalles, se aprobará, ha aclarado el presidente, mediante la Ley Habilitante, una norma autorizada por el anterior Parlamento a menos de tres semanas para concluir sus funciones, que confiere a Chávez poderes para gobernar por decreto sin control del Legislativo hasta mediados de 2012.
Los poderes especiales han sido objeto de controversia interna desde su aprobación el 17 de diciembre pasado e incluso el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ha puesto en duda su carácter democrático, algo que irritó a Caracas.
“El pobre secretario general de la OEA, porque el pobre da lástima, es un triste vocero del imperio”, dijo Chávez el domingo en su programa “Aló Presidente”, al asegurar que hay una campaña orquestada por Estados Unidos para desprestigiar internacionalmente a Venezuela.
La crítica de Chávez sucedió a una dura declaración de la Cancillería venezolana, que calificó las palabras de Insulza como “bochornosas” e “injerencia” expresada en los mismos términos que los hechos por el secretario adjunto de Estados Unidos para América Latina, Arturo Valenzuela, la semana pasada.
Para el analista Luis Vicente León, del Centro de Estudios Datanálisis, no hay una “relación deliberada” entre las controversias suscitadas en el exterior y el interior, pero sí hay un cambio en la política de comunicación del presidente desde los resultados de las elecciones parlamentarias de septiembre pasado.
“Ahí arranca una estrategia que en mi opinión tiene dos aristas: la búsqueda de una reconexión popular, rescatar la conexión perdida (…) y la segunda estrategia es de control institucional, de reforzamiento del control institucional del país”, declaró a Efe.
León recordó que aunque más de un 70% de los venezolanos es contrario a este tipo de nacionalizaciones, Chávez “ha convertido la expropiación no en un evento general que te conduce al comunismo sino en un castigo específico en contra de un sector de malos que están debilitando la economía de la nación”.
“Hasta ahora, por lo que hemos visto entre septiembre y enero, le ha ido bien con esa estrategia global, estrategia de campaña”, dijo León al resaltar el buen resultado en términos de imagen que le ha dado la gestión de la emergencia tras las lluvias de diciembre, esgrimidas como razón por el Gobierno para muchas expropiaciones.
Los intercambios de acusaciones con Estados Unidos y la OEA obedecen, sin embargo, dijo, a una “irreverencia que quiere capitalizar como puente de forjamiento de un liderazgo mundial que tiene y que está alimentando”.
“Yo creo que esto va a durar un tiempo más largo de lo que la gente piensa”, dijo con relación al tono del discurso de enfrentamiento del mandatario.
El diputado oficialista Calixto Ortega justificó la respuesta de Chávez a Estados Unidos como una herramienta para defender el proceso.
“Como se acostumbraron” a hacerlo, Washington pretende seguir “influyendo en las decisiones internas” de Venezuela con sus “continuas intromisiones”, pero esa actitud no tiene lugar en la Venezuela revolucionaria de Chávez, explicó a Efe el político.
Ortega, miembro del grupo venezolano ante el Parlamento Latinoamericano, reconoció que la nueva diatriba con Estados Unidos y la reacción venezolana “sí tiene un impacto” en la política interna de este país, porque “reafirma” el espíritu antiimperialista.
0 comentarios:
Publicar un comentario